Lo ideal para forrar un zapato es que sea un zapato nuevo a estrenar. Ya que cualquier arruga o desperfecto del zapato se transfiere a la tela una vez forrado.
Pero a veces ocurre que es necesario forrar un zapato ya usado por pura necesidad, como este caso, o incluso por reciclaje.
Yolanda asistía a la boda de su sobrino y por un problema físico necesita llevar este tipo de zapato, al no encontrarlo nuevo, decidimos utilizar un par ya usado.
El trabajo de forrado es laborioso: hay que preparar el zapato
previamente desarmándolo por piezas para poder forrarlo de manera individual y su posterior armado.
Para disimular las marcar y arrugas propias del zapato usado a parte de preparar la piel con un alisado previo, optamos por adornar las piezas con un lazo del mismo tejido.
Así el resultado fue un zapato totalmente personalizado con apariencia de nuevo, forrado con un retal de tejido del vestido que luciría.
Saludos.
Escríbeme a dulcecasualidad@live.com
2 comentarios:
Hola, es increíble el cambio que puede tener un zapato usado al forrarlo. ¡Muy buen trabajo!
Saludos.
Muchas gracias. Es un trabajo muy laborioso pero merece la pena.
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